¿Y con qué voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto?
(Dostoievski)
(Dostoievski)
Lo que hago es prenderle fuego al templo de tus creencias para que, cuando haya quedado destruido, tengas una perfecta visión del cielo inmenso y sin límites.
El péndulo de la mente humana oscila entre el sentido y el sinsentido y no entre lo bueno y lo malo.
Los hombres me han llamado loco; pero no está esclarecida la cuestión de si la locura es o no es lo sublime de la inteligencia, de si buena parte de lo que es glorioso -todo lo que es profundo- no surge de una dolencia del pensamiento, de unos modos del espíritu exaltado a expensas del intelecto general.
La inteligencia se halla caracterizada por una incomprensión natural de la vida.
El alma gusta estarse a solas con atención amorosa a Dios sin particular consideración, en paz y quietud y descanso, y sin actos y ejercicios de las potencias, memoria, entendimiento y voluntad -a lo menos discursivos, que es ir de uno en otro-; sino sólo con la atención y noticia general amorosa que decimos, sin particular inteligencia y sin entender sobre qué.
Si mi virtud es la virtud de un bailarín, y a menudo he saltado con ambos pies hacia un éxtasis de oro y esmeralda: Si mi maldad es una maldad riente, que habita entre colinas de rosas y setos de lirios: - dentro de la risa, en efecto, se congrega todo lo malvado, pero santificado y absuelto por su propia bienaventuranza: - Y si mi Alfa y mi Omega es que todo lo pesado se vuelva ligero, todo cuerpo, bailarín, todo espíritu, pájaro: ¡y en verdad eso es mi Alfa y mi Omega! -Oh, ¿cómo no iba yo a anhelar la eternidad y el nupcial anillos de los anillos, - el anillo del retorno? Nunca encontré todavía mujer de quien quisiera tener hijos, a no ser esta mujer a quien yo amo: ¡pues yo te amo, oh eternidad! ¿Pues yo te amo, oh eternidad!
Al intelecto demasiado recto, la oscura locura lo cura.
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