"Jugando con la Muerte", la más completa animación del joven Jorge Vergara, apela a la emoción. Una obra esperanzadora, que el año 2006 recibió premio en Chile junto con su publicación en la Televisión Nacional. Sin duda, un digno de ver.
Para afrontar la obra debemos preguntarnos sobre quién es el verdadero protagonista del corto. ¿Será la Muerte, finalmente superada en su afán por la la alegría de la niñez y la risa? ¿O el niño que esquiva a la fatalidad por medio del juego? Para mí el verdadero protagonista se encuentra solapado, que desde la pluma de Vergara maneja los hilos de los personajes. Se trata de la Emoción.
Ella es la que dibuja la fatalidad primera, la posterior jovialidad y la salvación final. Son los huesos desnudos, que ocultos bajo el tenebroso manto y la guadaña que corta los hilos de la vida, provocan la curiosidad del niño. Su toque resulta mortal sólo para los desgraciados, aquellos ajenos a la verdad del sentimiento, siempre enfermos o apáticos (que es lo mismo). No para un niño (o aquel con alma de niño), quien puede darse el gusto de disfrutar con Tánatos -su propio impulso fatal-; y simplemente jugar.
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